lunes, 14 de noviembre de 2011

La meditación, corto, medio y largo plazo

                                                                   


 La meditación es una práctica que tiene una influencia en el mismo momento en el que se realiza. Tanto en la meditación sentada como en la práctica durante la vida cotidiana hay un efecto inmediato del cultivo de la atención relajada.  Si no se mantiene deforma sostenida el efecto que se nota no es demasiado grande e incluso puede pasar desapercibido. La experiencia, además, no es siempre  agradable. Al pararnos y permitirnos experimentar lo que hay, a veces sentiremos emociones desagradables como el enfado o el miedo.

Cuando la práctica es más regular, existe un efecto a medio plazo. Por ejemplo, si hemos logrado meditar todos los días treinta minutos durante una semana y además hemos estado prestando atención a la sensación de los pies sobre el suelo cuando caminábamos hacia el trabajo, como resultado de esta práctica sostenida obtendremos una sensación de paz y tranquilidad y empezaremos a disfrutar lo que significa estar realmente en el presente. Puede que obtengamos algún insight y empecemos a aprender cosas nuevas sobre nosotros, los demás, o incluso sobre lo trascendente.

Pero todavía hay otro nivel más de profundidad.Todas las actividades anteriores van teniendo un efecto acumulativo a largo plazo. Con el paso del tiempo  el carácter empieza a cambiar al mismo tiempo que se mejora en la capacidad de profundizar en la experiencia de Ser,  y de vivir desde ese lugar que está más allá de la personalidad. Cada vez es más sencillo llegar al punto en el que la práctica se convierte en efectiva,  la perspectiva del sufrimiento parece menos aterradora porque tenemos una herramienta para aceptarlo y sobrellevarlo y la paz interior deja de ser un concepto teórico y pasa a ser algo de lo que se disfruta todos los días. Cualquiera que sea el caso el momento para practicar es siempre el mismo, ahora.

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