domingo, 18 de marzo de 2012

El latido de la vida





"Vivir nos obliga al ejercicio constante de saber abrir y saber cerrar, expandir y contraer, ganar y perder, ampliar y reducir, amar y doler. Es el gran juego que también prima en nuestro cuerpo: a cada inspiración, en la que tomamos el aliento necesario, le sigue la expiración en la que nos despedimos del viejo aire que ya cumplió su función; a cada sístole le sigue su diástole, en un latir ininterrumpido en el que la vida canta su mantra más sutilmente sonoro: tomar y soltar, tomar y soltar, tomar y soltar. Es feliz y exitoso aquel que sabe ponerse en sintonía con ambas fuerzas de la vida: la fuerza de la expansión y la de la retracción, la del ganar y la del perder". (Joan Garriga)

jueves, 8 de marzo de 2012

El no sé



Algunos vivimos atesorando conocimientos, con la idea de que  cuando sepamos aquello que nos falta, entonces hallaremos la felicidad. Tememos no saber, parecer ignorantes nos da vergüenza.  Y aunque mucho de lo que sabemos no sirve para nada y son muebles viejos en nuestro desván craneal, la mente hiperactiva llena huecos, aparentando hacia nosotros mismos y hacia los demás que sabemos lo que no sabemos, porque si admitiéramos la verdad, tendríamos que reconocer que no sabemos nada. Y no saber nada, en nuestro mundo, parece de tontos.


Pero si uno sinceramente se relaja en la verdad de que no sabe nada, de que en realidad nadie sabe nada, la mente llega al conocimiento más importante: la mente sabe que no sabe. De repente los pensamientos se derriten como una pared de lodo, la consciencia percibe que ningún concepto, ninguna creencia puede atrapar la verdad de lo que representa. El lenguaje es mentira, los pensamientos un engaño. Es entonces cuando la mente se echa a dormir. Sin esfuerzo los pensamientos, conscientes de su debilidad, se rinden y se apagan.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Ser uno mismo (Thich Nhat Hanh)


Thich Nhat Hanh
                                            
"Somos como una ola del océano que cree que es frágil y fea y que las otras olas son más hermosas, más poderosas. La ola tiene un complejo de inferioridad. Pero cuando esa ola entra en contacto con su auténtica naturaleza, el agua, ve que el agua está más allá de cualquier concepto de belleza, de fealdad, de elevado, de bajo, de aquí y de allí. Tanto si es una ola grande como si es una ola pequeña, media ola o un tercio de ola sigue siendo agua. El agua está más allá de todas esas clasificaciones - ni surge ni cesa-. Una ola en realidad es sólo agua y por lo que al agua se refiere todas las olas son iguales, porque todas son agua...